Homenaje parroquia San Conrad (Mannheim, Alemania) 1989-2022 PDF Imprimir Correo

 

Homenaje al trabajo de Missio/Círculo-para- un-mundo de la parroquia San Conrado en Mannheim, Alemania

La presente historia, de la que no se ha inventado ni una coma y que desgraciadamente no es muy conocida, tuvo lugar en la parroquia católica San Conrad (hoy fusionada con otras antiguas parroquias en la unidad pastoral Mannheim-Sud) en Mannheim, Alemania, y en el proyecto infanto-juvenil Tres Soles de Quillacollo, Bolivia. De antemano, sin embargo, quiero subrayar que Tres Soles nunca habría sobrevivido todas estas décadas sin el Missio/Círculo-para-un-mundo de esta parroquia y, especialmente, sin Magda Keller, su presidenta, y Hermine Haag, que llevaba la contabilidad, escribía cartas de agradecimiento y llenaba recibos de las donaciones. Ciertamente, Magda y Hermine han recorrido varios cientos, si no miles, de kilómetros en el trayecto de ida y vuelta de su casa a la oficina parroquial, a menudo acompañadas por sus pacientes maridos Karl-Heinz y Günter. El 31 de diciembre de 2022, esta epopeya llegó a su fin, no hay otra forma de decirlo. Ambas mujeres tienen ya más de 80 años y la cuenta de donativos de la parroquia se tuvo que cerrar por diferentes motivos.
Conocí la parroquia de San Conrad en 1987 porque  de joven voluntario en el comedor popular San Calixto de los jesuitas en La Paz mantenía correspondencia con sus responsables. Burkhard Kowalski, un estudiante de esa parroquia, también había sido voluntario en este mismo comedor algún tiempo antes y lo habían estado apoyando con donaciones.  Cuando mi esposa boliviana Guisela y yo dejamos el comedor un año y medio después con un grupo de niños de la calle, porque no ofrecía un entorno adecuado para trabajar con ellos, expliqué los motivos de nuestra salida a los miembros de la parroquia en una carta de despedida.
El primer tiempo de la comunidad infanto-juvenil Tres Soles, que fundamos, fue muy difícil. Mis ahorros y una donación de mi familia se agotaron muy rápidamente. Nadie quería apoyar a este pequeño y novedoso proyecto. "Cuando estábamos a punto de rendirnos, ocurrió un milagro. Sé que somos personas razonables e inteligentes como para creer en milagros, pero realmente ocurrió un milagro de Dios ", escribí en una carta circular con motivo del 25 aniversario de Tres Soles en 2014. "Era un milagro que nos permitió continuar nuestra labor hasta el día de hoy. Un milagro que permitiría a innumerables niñas y niños vivir una vida digna, ir a la escuela y aprender un oficio". 
El milagro llegó en forma de una carta, que en aquella época estaban en camino durante varias semanas o incluso meses. La parroquia San Conrad me hizo saber en ella que habían decidido apoyar el nuevo proyecto, aunque yo no había solicitado ninguna ayuda. La carta estaba firmada por el párroco Bernhard Herrmann. En diciembre de 1989 pude visitar la ciudad de Mannheim durante unas breves vacaciones en mi país. Conocí a todas las maravillosas personas que conformaban el Círculo-para-un-mundo: Hans-Georg e Ingeborg Kowalski (los padres de Burkard), Magda y Karl-Heinz Keller, Hermine y Günter Haag, Karin y Ferdinand Meissner, Christine Engelhardt y muchos otros más con cuyos nombres podría llenar una página entera. Por aquel entonces yo era huésped de la familia Kowalski, pero también me invitó almorzar la familia Keller. Incluso recuerdo que habían unos deliciosos bollos de papa, una especialidad de aquella región.
A partir de ese momento, el trabajo de este grupo siguió su curso imparable y se convirtió en el pilar principal  del proyecto infanto-juvenil, al que se unió en 2009 la residencia estudiantil Luis Espinal. Los responsables constante e infatigablemente buscaban nuevas formas de recaudar fondos. Desde el principio, a alguien se le ocurrió la idea de recoger objetos usados, como ropa, muebles, libros y electrodomésticos. "En 30 años de trabajo para Tres Soles, se han organizado 60 mercados de pulgas, exactamente dos veces al año, en cada primavera y cada otoño, sin falta, incluso en lluvia. Más de 70 personas ayudaban a montar los puestos, a transportar la mercancía y, finalmente, a venderla. Durante mucho tiempo fuimos el mayor mercado de este tipo de toda la ciudad ", nos contó Magda más tarde.  "Otra fuente de ingresos eran las bodas, funerales, cumpleaños y otras celebraciones en las que se pedía un donativo para Tres Soles en lugar de flores o regalos".
En 2003, Magda y Hermine también consiguieron el apoyo financiero de la Obra Misionera Infantil de Aachen. Por cada donativo enviado a Bolivia para Tres Soles, esta obra de beneficencia añadía un 20%. Motivados por este acuerdo, se sumaron otros donantes de toda Alemania, Austria y Suiza.
Mientras tanto, en Tres Soles, el teatro como enfoque educativo alternativo se había convertido en uno de las principales actividades del trabajo educativo con las niñas, niños y adolescentes. El grupo de teatro del proyecto, Ojo Morado, tuvo tanto éxito que fue invitado a diversos festivales nacionales e internacionales y a varias giras por Europa. El grado de notoriedad del proyecto también se vio favorecido por el hecho de que publiqué dos libros sobre nuestra labor educativa. Cada vez que veníamos a Mannheim con uno de nuestros grupos, éramos recibidos hospitalariamente por las familias de la parroquia y se organizaban eventos de lectura o teatro, que nosotros llamábamos igual como en el futbol "partidos en casa", a los que acudían innumerables espectadores y oyentes interesados.
En 2010, Magda, ya casi septuagenaria, pudo por fin ver en persona la obra de su vida. "Cada vez que hablo de Tres Soles , y tú sabes que lo hago con pasión, y de repente alguien me pregunta si he estado alguna vez allí, no sé qué responder", me confesó poco antes del viaje. "Tardé mucho para decidirme, porque después de todo, un viaje a Bolivia es bastante largo, caro y complicado, ¡y hay que tomar en cuenta la edad y la altura!"
Por consejo de su médico, su marido Karl-Heinz y el matrimonio Haag tuvieron que renunciar al viaje y quedarse en casa. Sin embargo, fue un gran honor para Guisela y para mí recibir a Magda y al grupo de mujeres del Círculo-para-un-mundo que la acompañaban en  su visita a Tres Soles, en Quillacollo, Bolivia. Tras una comida, las chicas y los chicos les mostraron con orgullo la casa, sus habitaciones y los talleres, entre los que se encontraban la carpintería, la panadería, la costura  y la tarjetería.
Durante otra visita, que esta vez realizábamos  Guisela y yo, junto con los matrimonios Keller y Haag, a la Obra Misionera Infantil en Aachen, su director, Dr. Gotthard Kleine, nos preguntó asombrado:
 —¿Cómo es posible que un proyecto tan pequeño y de carácter netamente privado aguante tanto tiempo? Al cabo de 10 años se suelen agotar las pilas y se acaban este tipo de iniciativas.
—Es posible porque haya personas solidarias a ambos lados del Atlántico que persiguen tenaz y persistentemente un objetivo común contra viento y marea —respondió Hermine Haag con sencillez y modestia.
Este entusiasmo y esfuerzo aparentemente inagotables sólo podrían ser detenidos por el implacable factor del tiempo que no se detiene ante nadie ni nada. Esperamos y deseamos que los matrimonios Keller y Haag, puedan pasar un retiro  tranquilo en el círculo de su familia a pesar de sus crecientes problemas de salud. Si el dicho boliviano "el cielo hay que ganárselo en vida" se aplica a alguien, entonces sin duda será a Magda, Hermine, Karl-Heinz y Günter y a todos los miembros del Missio/Círculo-para-un-mundo de la parroquia de San Conrad en Mannheim, muchos de los cuales lamentablemente ya han fallecido. En realidad no hay palabras para expresarles nuestra gratitud por todo lo que han hecho por los más pequeños y débiles de este mundo. 

Stefan Gurtner, 2023